Desayuno
El motor del camión es encendido, las luces se apagan, el
viaje de regreso a la ciudad comienza. Ariel, recarga su cabeza en el hombro de
su amigo Antonio para poder conciliar el sueño; él es prisionero de la oscuridad
mientras ella no puede dormir, recordando su primer viaje a la playa.
Dieciocho horas antes ellos arribaron a la terminal de
autobuses Papagayo, bajo el cantar de las aves, comenzando la aventura para
Ariel, quien había accedido a ir de viaje con Antonio tras haber padecido el
abandono de su gran amor: Alberto.
Un ligero desayuno, compuesto por fruta y verduras
frescas, marcó el comienzo. Ariel saboreaba cada porción de jitomate y lechuga
que comía, mientras Antonio la veía sin cesar y sin pronunciar una sola
palabra, siendo testigo esa vista maravillosa del mar resplandeciente que los
aguardaba.
Sigue en La playa II